martes, 9 de noviembre de 2010

El desarrollo del pensamiento y su influencia en la educación

El ser humano vive en un tiempo de evolución, de cambio constante en su accionar y en la manera de ver el mundo. La continua formación que recibe, le permite entender las diversas situaciones que se presentan a su alrededor y hace más compleja su forma de pensar. Es por ello, que la escuela cumple un papel muy importante. Es ésta un ámbito cultural donde se recibe capacitación e introduce a sus asistentes, logros intelectuales que posibilitan el desarrollo de habilidades y destrezas que, de una u otra forma, ayudan al individuo en su interacción con el mundo. Estas habilidades y destrezas se hacen visible en la manera en que dicho individuo se relaciona con los demás, en sus expectativas, en el lenguaje, en su hecho de compartir acerca de lo que es aceptable, interesante, valioso y en el aprendizaje que se deriva de todo un proceso educativo.

Ante esto, la particular preocupación que se tiene como docentes es idear o encontrar estrategias adecuadas que permitan incentivar a los estudiantes a pensar y no a memorizar mecánicamente y sin sentido el tipo de información que se le brinda. Entonces, ¿es necesario enseñar a pensar y desarrollar habilidades y destrezas de pensamiento? Es fundamental que las personas desarrollen su pensamiento, aprendan a pensar y adquieran habilidades y destrezas porque el propósito de enseñar a pensar es preparar a las personas para que en el futuro puedan resolver problemas con eficacia, tomar decisiones bien meditadas y disfrutar de una vida de constante aprendizaje. En otras palabras, pensar bien es hacerlo efectivamente con el fin de hacer realidad algún objetivo específico.
En consecuencia, el objetivo de este escrito es ampliar la concepción que se tiene acerca del pensamiento; discernir entre las habilidades y destrezas del pensamiento y mirar en últimas, cómo se dan los procesos del pensamiento.

El pensamiento, en términos generales, se define como la forma de ordenar en la conciencia ideas y conceptos. Esta palabra referenciada en la Gran Enciclopedia Larousse, es definida de la siguiente manera: “ejercicio mental que obliga al sujeto a hacer uso de sus facultades de raciocinio, con el propósito de establecer relaciones y abstracciones de su realidad circundante”.
El diccionario de La Real Academia Española en su vigésima edición, define el pensamiento como: “Potencia o facultad de pensar. Acción y efecto de pensar”. En la obra de Raths, Wassermann y otros (1967), dan el tratamiento de teoría al concepto del pensamiento, debido según ellos, a la estrecha relación de éste con la conducta humana, la cual no lo limitan exclusivamente al área de conocimiento, sino de manera más integral a lo que ellos denominan “El hombre total”. De acuerdo con Mayer (1983), (apud de Sánchez, Margarita) el pensamiento es el resultado del acto de pensar. Lo cataloga de mental y lo relaciona con el proceso en el cual se reciben sensaciones y se recuerdan percepciones que sirven para realizar pensamientos, razonamientos y juicios. Para Ángel Villarini Jusino (1987), el ser humano se relaciona con el mundo mediante representaciones mentales significativas que constituyen el pensamiento. El mismo autor (1997) dice que, el pensamiento es la manera peculiar en que el ser humano se relaciona con su mundo, pero, a diferencia de otras criaturas, el ser humano s capaz de transformar los estímulos que recibe del ambiente que le rodea en imágenes, ideas, conceptos y conocimiento. Más tarde, redefiniría el concepto del pensamiento como una competencia y lo relaciona con el procesamiento de la información para la construcción de conocimiento, planteamiento y solución de problemas, toma de decisiones, comunicación e interacción con los otros y el logro de metas establecidas, cuyo mecanismo se establece al hablar de representaciones, operaciones y actitudes mentales, en el sentido de producir creencias y conocimientos de manera automática, sistémica y creativa o crítica. El autor en mención plantea tres niveles de pensamiento: 1) Pensamiento automático, es decir, se responde de modo inmediato a diversos estímulos del ambiente, sin meditar. 2) Pensamiento sistemático, se utilizan todos los recursos intelectuales al alcance del ser humano (conceptos, destrezas y actitudes) para crear nuevas respuestas a las situaciones; es decir, este tipo de pensamiento se da ordenadamente; en ocasiones, el pensamiento comienza siendo sistemático y luego pasa a ser automático y viceversa. 3) Pensamiento crítico o creativo, este es el nivel más avanzado de pensamiento, en él nos dedicamos a examinar nuestra propia actividad y proceso de pensamiento. Por otra parte, Margarita Amestoy de Sánchez (2002), califica al pensamiento de personal y lo determina por el peso del contexto o como ella lo denomina: “ambientes internos y externos”, en los cuales se desenvuelve el individuo. Sánchez, considera clave estos aspectos para el desarrollo de las habilidades para pensar.

Entre las definiciones consultadas, es fácil encontrarse con tal variedad que van desde las más sencillas hasta aquellas más elaboradas.
Se observa que, cada autor explica este concepto del pensamiento desde su propia perspectiva, consecuentemente con el objetivo que desea lograr: la comprobación de una hipótesis, la defensa de una teoría, el planteamiento de nuevas estrategias de aprendizaje basadas en cómo pensamos, modelos de desarrollo de pensamiento, etc. De igual manera, coinciden en la dificultad que se presenta al tratar de definirlo en palabras debido a su complejidad, pero en sus apreciaciones reconocen que se trata de un proceso de carácter mental, complejo, abstracto, asociado con el acto de pensar, intrínseco al ser humano y verificable en su conducta, producto de una serie de tareas mentales, que desarrollan en él destrezas que promueven habilidades. Éstas, a su vez, se asocian a la manera como el hombre se relaciona de manera cabal con su entorno para interpretarlo, comprenderlo e intervenirlo.
Entonces, si el pensamiento es parte esencial en la vida del ser humano porque le permite conocer su realidad y entender el mundo; este debe responder a una necesidad que se satisface por medio de un objeto al cual se dirige el pensamiento. Sin necesidad y objeto de conocimientos, el pensamiento no se produce en el acto mismo de pensar. El pensamiento incita la facultad de pensar, por lo tanto estará muy relacionado con la capacidad del individuo para representar e interpretar el conflicto de la realidad planteada. De igual modo, el desarrollo del pensamiento está relacionado con la madurez biológica, gracias a que el sistema de representación que desarrolla el ser humano, va transformando la información que éste recibe, creando una serie de operaciones que se denominan destrezas y habilidades del pensamiento. Todo ser humano puede pensar, tiene la capacidad para el pensamiento. Sin embargo, lo que se intenta buscar es tornar esa capacidad en un ámbito reflexivo, eficaz y creativo, mediante el desarrollo de los conceptos, el manejo de las actitudes, habilidades y destrezas del pensamiento. Se quiere que el pensamiento se aplique u opere con la información que poseen las diversas disciplinas, sólo de este modo se completa el crecimiento en eficacia y creatividad del pensamiento a través de sus destrezas y habilidades.

Ahora bien, otro de los aspectos a tratar con respecto al pensamiento es, precisamente, su relación con los conceptos de habilidad y destreza. Ante todo, hay que empezar por definir estos dos conceptos. Margarita A. de Sánchez (1990), expone la definición de habilidad cuando habla de la actitud del individuo o disposición de éste para la percepción de estímulos que le llegan de afuera y la respuesta que se genera internamente y que da como resultado la realización de tareas, la resolución de problemas, etc. o lo que ella cataloga como “actividad eficaz”. En cuanto a las destrezas, Villarini (1987) las define como procedimientos o pasos que se ejecutan sobre la información. El pedagogo Sergio Tobón, atribuye al concepto de destreza, a facultades de acciones motrices con que se hace algo. Mientras que se refiera a la habilidad, como la disposición y particularidad frente a lo que se realiza. Si se referencia su libro Formación basada en competencias, se encuentra que: “las destrezas indican facultades motoras, requeridas para realizar ciertas actividades con precisión, mientras que las habilidades, consisten en procesos, mediante los cuales se realizan tareas y actividades con eficacia y eficiencia”.
En este sentido, la destreza antecede a la habilidad, primero se realizan unos pasos, unas operaciones o procesos de manera consciente y en la medida que estas destrezas se ponen en práctica y se crean hábitos, se dominan creándose las habilidades. Queda claro que, la habilidad es una actividad más compleja. Se es hábil en la medida que se han potenciado las destrezas. Si damos por sentada esta posición, entonces nos enfrentaríamos a una tercera lógica. Si la destreza es el saber hacer y la habilidad, habla del ejercicio de saber con eficacia, entonces la destreza sería un prerrequisito para lograr una habilidad.
Aterrizando en el tema de las habilidades de pensamiento, Nickerson, Perkins, Smith (1987), las definen como la propiedad o dominio de unas acciones de carácter mental o psíquicas y prácticas, por medio de las cuales el hombre elige y realiza los pasos o procedimientos de una actividad con el fin de lograr unas metas, guiado por sus conocimientos previos y constancia; lo que redunda en el aprendizaje de patrones de conducta que pueden ser mejorados mediante entrenamiento. En una perspectiva global tendríamos que, las destrezas de pensamiento se designarían como, las operaciones lógicas que hace el individuo sobre la formación. Mientras que las habilidades del pensamiento, se efectúan sobre operaciones lógicas que hace el pensamiento sobre el conocimiento. Esta analogía está soportada por R. Feurstein (1980), quien se refiere a la inteligencia como una macro capacidad, es decir, como un conjunto de capacidades. A su vez, las capacidades son un conjunto de destrezas, y éstas conjunto de habilidades. Al modificar habilidades, destrezas y capacidades se modifica la inteligencia, entendida como macro capacidad.
La escuela ayuda a definir procesos de pensamiento en cada uno de sus actores: docentes, estudiantes, padres de familia, pero necesariamente, las ideologías que gobiernan la vida de cada uno de los integrantes de la gran familia educativa. Esas ideologías, estarán determinadas por el reflejo del sistema de creencias, valores y saberes adquiridos dentro de la experiencia propia de vida de cada uno. En este aspecto, Wade C. y Tavris C. (1987) expresan que, cuando actuamos, manipulamos físicamente el medio ambiente. Cuando pensamos, primero hemos transformado los estímulos del ambiente en representaciones que, manipulamos mentalmente. Cabe resaltar que, las destrezas y habilidades del pensamiento constituyen el accionar del “hombre y su inteligencia”. Las destrezas del pensamiento permiten realizar cualquier proceso de manera rápida, lógica y eficiente, ya que al desarrollarlas (convertirlas en habilidades del pensamiento), se es ágil al resolver cualquier situación presentada.
A manera de conclusión, se puede definir que la base del sistema educativo, está preocupada por desarrollar competencias de pensamiento en los estudiantes. Teniendo en cuenta esto, el objetivo primordial de un docente debe ser, orientar la enseñanza al desarrollo de las destrezas y habilidades del pensamiento, donde el estudiante haga uso de su inteligencia y actitudes, para así procesar la información y producir conocimientos. De esta forma se lleva al estudiante hacia un pensamiento crítico y será capaz de encarar los retos del mundo y transformar la realidad que los circunda. Sin embargo, se ha desconocido por parte de docentes y padres de familia, la facultad de desarrollo de pensamiento, siendo este un eje transversal que integra todo el universo educativo e influyen en el desarrollo psico-social y cognitivo del individuo que se pretende formar. Por lo tanto, se debe dar prioridad al análisis de desarrollo del pensamiento en los docentes, más que todo en sus criterios evaluativos. La evaluación es una competencia compleja del pensamiento. De este modo, conociendo las anteriores categorías analizadas (destrezas y habilidades) y valorando que, la destreza es un requisito para alcanzar habilidades, se propone analizar si dentro de los criterio que tiene el docente al momento de evaluar, existe destreza de pensamiento; todo esto con el fin de gestar un proceso de pensamiento complejo en las actividades realizadas en la escuela, donde el docente promueva el desarrollo de las destrezas del pensamiento a sus estudiantes a través de la transmisión de conocimientos.




BIBLIOGRAFÍA

Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Vigésima segunda edición. Consultado el día 12 del mes de Mayo del año 2010 en: http://rae.es

Nickerson, Perkins, Smith (1998) Enseñar a pensar. Ediciones Paidós Ibérica. Barcelona.

Raths, Wassermann y otros (1994) Cómo enseñar a pensar. Ediciones Paidós. Argentina.

Sánchez, M. de (2002). La investigación sobe el desarrollo y la enseñanza de las habilidades de pensamiento. Revista Electrónica de Investigación Educativa 4, (1). Consultado el día 6 del mes de Mayo del año 2010 en: http://redie.uabc.mx/vol4no1/contenido-amestoy.html

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